Tercera ciudad más grande de España, Valencia es más conocida por su puerto, sus playas mediterráneas, su Ciudad de las Artes y las Ciencias y su famosa paella. Mucho menos por su música rap. Sin embargo, en los últimos años, la capital de la Comunidad Valenciana ha visto surgir un número creciente de raperas, entre ellas Mckea, Tesa y Albany, que están insuflando nueva vida a la escena del rap local.
Cuando se piensa en el rap español, las primeras ciudades que vienen a la mente son Madrid, Barcelona, Zaragoza y Sevilla, que albergan a casi todos los artistas mainstream del país. Sin embargo, desde principios de siglo, Valencia también ha destacado por su variada escena de rap. Aquí no hay trap, boom bap ni drill, sino una mezcla de todos estos estilos, mezclados con sonidos típicos de la región, desde bandas de música y zarzuelas (folclore inspirado en la ópera) hasta jazz y rock.
Las raperas actuales beben de esta herencia ecléctica y le añaden ritmos decididamente contemporáneos, apoyados en letras en castellano, valenciano o inglés, como Pupil-les y JazzWoman.
Natural de Almusafes, en la provincia de Valencia, Tesa forma parte de esta escena emergente y actualmente trabaja con el productor valenciano Pere Ródenas en su tercer álbum en solitario, Rap d’arrel, que saldrá a la venta en la primavera de 2022. Activa desde 2006, ha visto evolucionar la escena y abrirse poco a poco a las mujeres raperas. «Cuando empecé, no había muchas chicas rapeando. Ahora hay más variedad y la escena del rap español es bastante fuerte. Tenemos artistas como Mckea, Jazzwoman, Kiamya y Pupil-les, así como artistas menos conocidas como Lavanda, Artemisa y Koda. Todos tienen talento y proyectos muy sólidos.»
Tesa también cita a Syla, alicantina y miembro del grupo Demasiado De, y a Úrsula, la MC barcelonesa del grupo Sondekalle, como fuentes de inspiración. Aunque cree que el público actual es más receptivo a las mujeres raperas, lamenta que las artistas sigan confinadas en su género. «Hoy en día, las mujeres raperas son más respetadas, pero la gente sigue queriendo meternos en la caja del «rap femenino», aunque eso no exista. Es como si no quisieran que encajáramos en la categoría ‘rap’.
Mckea, que acaba de estrenar el vídeo de KLK con Scrop y está trabajando en un nuevo proyecto, comparte esta opinión. «No creo que debamos diferenciar a los artistas en función de su género, sólo centrarnos en la música y las letras«. La MC, que lleva rapeando desde los 16 años, ha cosechado cierto éxito en la escena valenciana gracias a su estilo directo, reivindicativo y explícito. «Al principio de mi carrera, apenas había mujeres raperas en Valencia y pocos modelos a seguir en España. Hace unos años, era muy difícil lanzar una carrera como rapera, sobre todo de cara al público, que no apoyaba a las mujeres tanto como a los hombres. Pero la sociedad está cambiando y tengo la impresión de que esto es cada vez menos así hoy en día.»
Por su parte, Albany, una MC granadina que vivió dos años en Valencia antes de trasladarse a Madrid, sigue sintiendo la falta de apoyo del público y reclama más solidaridad entre las raperas. «No nos sentimos apoyadas al 100% por el público, que nos ve como objetos sexuales. Somos nosotras, mujeres y LGBT+, las que nos apoyamos a nosotras mismas. Creo que deberíamos apoyarnos mucho más entre nosotras para crear una fuerza visible por parte del público y poder hacer los cambios que tan desesperadamente necesitamos.«
En el transcurso de sus respectivas carreras, Tesa y Albany se han enfrentado a diversas formas de sexismo, que van desde la socialización de los hombres hasta el slut-shaming, manifestaciones que, lejos de ser inherentes al mundo del rap, se dan en todos los ámbitos de la sociedad.
«Mi primer grupo de rap, El Delito, era mixto, lo que facilitó las cosas«, explica Tesa. «No me discriminaban directamente, pero tendían a hacerse amigos entre ellos y yo me sentía un poco excluida. Para que te tomen en serio, tienes que hacer más que un hombre y ser mucho mejor. Cuando participé en las batallas, sentí esa presión. Si no eres excelente, entonces eres mala y no vales la pena«.
Albany, por su parte, deplora la sexualización sistemática de las mujeres. «En general, cuando escuchamos a un rapero, escuchamos su música, pero cuando oímos a una rapera, queremos verla. Pero la música no es una imagen, es sonido, ¡así que deberíamos poder ser feas sin que eso impida que a la gente le guste nuestra música!»
Conscientes del diferente trato que reciben como mujeres, las tres artistas se definen como feministas. Mientras Tesa afirma ser una feminista anticapitalista que aboga por «la igualdad entre géneros y razas» y pretende «deconstruir muchas de las ideas machistas que hemos interiorizado a lo largo de nuestra vida«, Albany ve el feminismo como «un movimiento a favor de conseguir la igualdad y no tener que sufrir las consecuencias (acoso, violaciones, abusos, etc.), por el mero hecho de ser mujeres«.
Por su parte, Mckea lucha por «el respeto y la igualdad en todas sus formas entre mujeres y hombres, pero también entre los seres humanos, sea cual sea nuestro sexo, raza u origen«.
Hasta la fecha, Madame Rap cuenta con 95 raperas en España.
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